Milei, entre Trump y el Papa
Diego Sueiras
Presidente FNGA
La Ley Ómnibus puede comprometer el derecho constitucional a un a un ambiente sano, equilibrado y sustentable.
A un mes y medio de la asunción presidencial de Milei, en un contexto de grandes discusiones políticas y reacción social por la presentación al Congreso de la Ley Ómnibus, es posible comenzar a dirimir qué tipo de Presidente vamos a tener durante los próximos cuatro años. ¿Será liberal, respetando las instituciones de la república y la democracia como valor para la construcción de políticas de Estado? o por el contrario, ¿será libertario populista?
Las tensiones y el conflicto son inherentes a la política. La misma teoría liberal reconoce al conflicto como parte de la vida en sociedad y entiende a la política como una forma de expresión y procesamiento del mismo. Es por ello que, para garantizar el orden y el respeto por la libertad de cada uno de los individuos, sostiene como base de su filosofía la igualdad ante la ley y un gobierno limitado en sus poderes.
Los próximos días serán claves para evaluar si Milei tomará una postura dialoguista, o si entrará en un juego político donde el personaje libertario a ultranza, el cual mostró en Davos, obnubilará a su rol de Presidente de todos los argentinos.
La efectividad de las leyes van de la mano con el respeto a los procedimientos institucionales y el apoyo social con el que cuentan. Una participación activa, en la que los actores y organizaciones involucrados tienen voz, llevan a mejores leyes.
Este no es el caso de la Ley Ómnibus. Dentro de este paquete legislativo se presentan importantes modificaciones a la legislación ambiental vigente en la Argentina. De ser aprobado, minaría los avances sustantivos logrados en materia ambiental, desencadenando un retroceso que comprometería el derecho constitucional a un ambiente sano, equilibrado y sustentable.
Por ejemplo, dentro de las decisiones que están en juego está el Fondo Nacional de Conservación y Enriquecimiento de Bosques Nativos. También, se abre la posibilidad de la aprobación de proyectos extractivos en las zonas periglaciares; y una flexibilidad en la aprobación por parte del Estado para realizar quemas, lo que podría conllevar un gran impacto negativo en los humedales. Asimismo, se pone en riesgo la producción de energías renovables, como es el caso de los biocombustibles, los cuales compiten contra las petroleras que producen combustibles fósiles.
Con todo esto y mucho más en juego, más de 100 organizaciones de la sociedad civil enviamos una carta al Congreso para posicionarnos sobre el riesgo de su aprobación para el ambiente. Esta semana se evidenciará si Milei tomará una postura de mayor consenso y dará marcha atrás con estas modificaciones, como lo hizo en el caso de sus dichos sobre el Papa Francisco, al que consideró “el representante del maligno en la Tierra” durante su campaña, pero recientemente lo invitó a visitar la Argentina argumentando que “traerá frutos de pacificación y de hermanamiento de todos los argentinos". O si será, en definitiva, un presidente al estilo de Trump y Bolsonaro que no respetaron la cultura democrática ni la división de poderes de las instituciones de la república.
