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Entrevista a Juan Facciano sobre energías renovables

Por Lucía Salvalaggio

La utilización de energías renovables en los procesos productivos es una práctica que poco a poco gana cada vez más terreno en el mundo. En vistas de la situación de crisis climática y del papel que pueden llegar a tener las energías renovables para atenuar sus impactos negativos, la diversificación de las matrices productivas para dar lugar a la incorporación de las mismas se ha tornado un aspecto altamente necesario.


Dentro de la familia de las energías renovables se destacan los biocombustibles, combustibles obtenidos a partir de fuentes renovables, como pueden ser semillas o plantas. Son de combustión limpia, afectan favorablemente a la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) debido a su bajo nivel de emisiones y son fáciles de transportar, lo cual juega a favor para el aumento de su demanda y la consecuente reducción de la demanda de petróleo. Contribuyen, además, a generar nuevos puestos de trabajo y nuevas industrias, lo que da cuenta de que acarrean beneficios no sólo a nivel ambiental, sino también a nivel socioeconómico. En Argentina existen actualmente 51 empresas elaboradoras de biocombustibles.


El bioetanol, el biogás y el biodiésel (elaborado a partir de semillas y lípidos naturales combinados con alcohol) son ejemplos de biocombustibles. En nuestro país, el sector de biodiésel en particular ha tenido un amplio desarrollo desde su surgimiento en 2007. De acuerdo con datos publicados por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, la Argentina cuenta con una capacidad de producción de aproximadamente 4.6 millones de toneladas por año, habiéndose consolidado como uno de los cuatro principales países productores de biodiesel a nivel mundial y como uno de los dos primeros exportadores mundiales.


Para conocer más sobre el tema, entrevistamos a Juan Facciano, presidente de la Cámara Santafesina de Energías Renovables (CASFER), acerca de la industria de biocombustibles en general y del biodiésel en particular, sus potencialidades y ventajas.


Pregunta (P): ¿Qué es CASFER?


Juan Facciano (JF): La Cámara Santafesina de Energías Renovables es una entidad que representa a la totalidad de las elaboradoras PyMEs de biocombustibles de la provincia de Santa Fe, pero que también se constituyó con el objetivo de promover y contribuir al desarrollo de la industria de las energías renovables en el ámbito de la provincia, no sólo de las bioenergías, sino también de otras fuentes de energía de origen renovable, tales como la energía eólica, energía solar fotovoltaica, biogás y biomasa.


P: ¿Qué aportan los biocombustibles -entre ellos, el biodiesel- a la Argentina en materia de inversiones y empleo?


JF: La producción y utilización de biocombustibles, entre ellos, el biodiesel, contribuyen al desarrollo de las economías regionales, agregando valor en origen (industrialización de la ruralidad), sustituyendo importaciones, diversificando y complementando la matriz energética a través de combustibles de origen nacional y renovables, preservando el ambiente y la salud pública.


En materia de biodiesel, nuestro país, además de ser uno de los principales productores y exportadores, se caracteriza por tener una industria segmentada y con distribución federal, con 33 plantas que suman una capacidad de producción instalada superior a las 4.300.000 toneladas anuales, que demandaron inversiones superiores a los US$ 2.000 millones, localizadas en las provincias de Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, San Luis y Santiago del Estero.


Ningún otro país productor de biodiesel tiene la segmentación (grandes, medianos y pequeños productores) y distribución que posee la Argentina.


Dentro de la distribución geográfica de la industria del biodiesel en nuestro país, resulta necesario mencionar la importancia de la provincia de Santa Fe, no sólo por la cantidad, capacidad y segmentación de las plantas, sino también por la ubicación de las mismas (Arroyo Seco, Alvear, Roldán, San Lorenzo, Puerto General San Martín, Piamonte, Sa Pereira y Calchaquí).


Casi el 80% de la capacidad de producción de biodiesel del país se encuentra en la provincia de Santa Fe, convirtiéndola en la cuarta provincia generadora de energía después de Chubut, Neuquén y Mendoza, si la calculamos en “barriles”, como la industria de los hidrocarburos.


En materia de sustitución de importaciones -con el consiguiente ahorro de divisas-, es importante mencionar que nuestro país importa más del 30% del gasoil que consume. Durante 2020 -año de pandemia- se importaron 2.2 millones de metros cúbicos de gasoil, por un valor de 860 millones de dólares, mientras que en 2021 la cifra ascendió a 3.9 millones de dólares, y al mes de agosto de 2022 se llevaban importados 3.9 millones de metros cúbicos de gasoil por 3.143 millones de dólares.


La producción de biocombustibles en general, y del biodiesel en particular, juega un rol fundamental en el entramado productivo de la cadena de agregado de valor de la agroindustria (de la soja en el caso del biodiesel, y del maíz y de la caña de azúcar para el bioetanol). La industria del biodiesel tiene un enorme papel, motorizando el desarrollo de industrias vinculadas. Por ejemplo, aguas abajo, impulsa el crecimiento de la industria de la glicerina y derivados. A través de nuevos usos surgidos durante los últimos años, la glicerina ofrece múltiples alternativas de equilibrio, tales como la producción de plásticos biodegradables, alimentación animal, pasta dental, explosivos, cosmética o la formulación de químicos. En el caso de aguas arriba, se genera demanda sostenida de químicos como el metanol o el metilato, con capacidad de producción doméstica.


La producción de biocombustibles constituye una fuente generadora de empleo genuino y calificado, que va más allá de la producción en sí de éstos, dando origen y/o potenciando el desarrollo de otras industrias (metalmecánica, aceiteras a prensa, empresas de transporte, desarrollo de nuevas aplicaciones tecnológicas al servicio del sector, etc.).


P: ¿Cuáles son las ventajas ambientales del uso de biocombustibles?


JF: La utilización de biocombustibles genera un ahorro en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) superior al 70%, y en algunos supuestos de biocombustibles de segunda generación el ahorro es superior al 90%.


En materia ambiental, la utilización de los biocombustibles contribuye al cumplimiento de los compromisos ambientales asumidos por nuestro país y vinculados a la mitigación de los efectos del cambio climático. A modo de referencia, podemos mencionar que, a través de cuatro leyes nacionales, nuestro país asumió fuertes compromisos vinculados a la mitigación de los efectos del cambio climático, a saber: Ley Nº 24.295 de 1993, por la que se aprobó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático; Ley Nº 25.438 de 2001, por la que se aprobó el Protocolo de Kioto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrado en 1997 y convertido en tratado internacional el 16 de febrero de 2005; Ley Nº 27.270 de 2016, por la que se aprobó el Acuerdo de París, celebrado en el Marco de la XXI Cumbre de Cambio Climático en diciembre de 2015 y ratificado en la sede de la Organización de Naciones Unidas en abril de 2016; y Ley Nº 27.250, de 2019, por la que se establecieron los Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático.


P: ¿Cuál es el potencial de la industria?


JF: El potencial de la industria de los biocombustibles debe ser aprovechado al máximo de su capacidad y factibilidad técnica, económica y ambiental, tanto por el Estado nacional como por las provincias.


Para ello, es necesario incrementar los porcentajes actuales de corte automotor, promoviendo la utilización de mayores porcentajes de corte o biodiesel en estado puro (100%), tanto de primera como de segunda generación, e incursionar en nuevos nichos de mercado, tales como el transporte de carga y pasajeros, maquinaria vial y agrícola, minería, ferrocarril, transporte fluvial y marítimo, aviación y generación eléctrica.


Por otra parte, es necesario que las provincias también regulen, reglamenten y promuevan el uso local de biocombustibles, independientemente de los mandatos nacionales.


P: ¿Qué necesita el sector? ¿Cuáles son los actuales problemas coyunturales del mismo?


JF: Al tratarse de una actividad regulada por el Estado nacional y ser una industria de capital de trabajo intensivo, el sector requiere:

1. Previsibilidad y seguridad jurídica, especialmente en lo que se refiera a los mecanismos de determinación y publicación periódica de precios, y que los mismos garanticen poder cubrir los costos y una rentabilidad razonable.

2. Que el Estado nacional, conjuntamente con las provincias, retome la promoción de la industria de los biocombustibles, a través de políticas de Estado de alcance federal.

3. Medidas concretas para incrementar los mandatos de corte actuales y la apertura de nuevos nichos de mercado.

4. Igualdad de trato para todos los jugadores de la industria de la energía.


P: ¿Qué está haciendo CASFER para potenciar la producción y las inversiones, y generar más empleos verdes?


JF: El aporte de CASFER consiste en continuar trabajando para demostrar las razones de triple impacto (ambiental, social y económica) que justifican la necesidad y conveniencia de una mayor utilización de biocombustibles en beneficio del país, la industria, la comunidad, el ambiente y la salud pública.


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