El 20 de enero de 2025, el republicano Donald Trump asumió como 47º presidente de los EE.UU. Haciendo uso de su característica retórica incendiaria, durante su discurso de asunción, criticó duramente a la administración saliente, abordó los temas considerados prioritarios en la agenda republicana y anunció la adopción, en el mismo día, de una serie de medidas consideradas urgentes.
Frontera con México
La cuestión del narcotráfico y el crimen transnacional organizado fue uno de los temas abordados con mayor ímpetu. Al respecto, se mostró categórico con México, afirmando que declarará una "emergencia nacional" en la frontera sur y procederá a enviar tropas, detener "toda entrada ilegal" y comenzar "el proceso de devolución de millones de extranjeros criminales a los lugares de donde proceden". Asimismo, anunció el restablecimiento de la política "Quédate en México" y la declaración de los carteles mexicanos como "organizaciones terroristas".
Ambiente y energía
Trump caracterizó el "gasto excesivo masivo" y "la escalada de los precios de la energía" como los principales causantes de la crisis inflacionaria iniciada durante el gobierno demócrata. En función de ello, afirmó que "acabará con el New Deal Verde" y declaró una "emergencia energética nacional", promoviendo explícitamente un modelo extractivista de petróleo y gas. "¡Perforaremos, vamos, perforaremos!"
Género y minorías
El nuevo presidente también se mostró crítico de la agenda progresista, especialmente en lo referente a la identidad racial y de género. En este sentido, expresó que pondrá fin a “la política gubernamental de intentar introducir la raza y el género en todos los aspectos de la vida pública y privada”, persiguiendo, en cambio, un modelo basado en el mérito. Además, dictaminó que “a partir de hoy, la política oficial del gobierno de los EE.UU. será que sólo existen dos géneros: masculino y femenino”.
Comercio internacional
En el ámbito del comercio internacional, Trump anunció que impondrá nuevas medidas restrictivas al comercio internacional con miras a proteger la industria nacional, así como también creará el Servicio de Impuestos Externos para tal fin.
“En lugar de gravar a nuestros ciudadanos para enriquecer a otros países, aplicaremos aranceles e impuestos a países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos”, manifestó.
Política internacional
A lo largo del discurso, el republicano reivindicó en numeradas ocasiones el carácter excepcional de la nación estadounidense y el lugar que está destinada a ocupar en el mundo. Afirmó que “pondrá a EE.UU. en primer lugar” y lo convertirá en “más grande, más fuerte y más excepcional que nunca”.
“EE.UU. recuperará el lugar que le corresponde como la nación más grande, más poderosa y más respetada de la Tierra, inspirando el respeto y la admiración del mundo entero”.
También se refirió a su deseo de ser un “pacificador y unificador” en el ámbito de la política internacional. En esta línea, saludó el reciente acuerdo logrado en Medio Oriente por el cual se comenzó a producir la liberación de rehenes israelíes en manos de Hamás.
A su vez, volvió a tocar algunos temas que ya habían causado revuelo a raíz de sus declaraciones días antes de asumir la presidencia. Así, reiteró su voluntad de cambiar el nombre del Golfo de México a “Golfo de América” y dijo que "China está operando el Canal de Panamá. Pero no se lo dimos a China. Se lo dimos a Panamá, y lo vamos a tomar de nuevo".