La 10º Reunión de Líderes de las Islas del Pacifico reiteró la urgencia del cambio climático como máximo desafío para la región.

Los principales mandatarios solicitaron acciones concretas y financiamiento climático, enfatizando en la necesidad de apoyo internacional. En este sentido, Japón lideró y efectuó nuevas contribuciones al desarrollo sostenible de las islas, aunque no exento de críticas, sembrando dudas sobre sus verdaderas motivaciones.
Del 16 al 18 de julio tuvo lugar en Tokio la 10° Reunión de Líderes de las Islas del Pacífico, donde se trataron cuestiones relativas al cambio climático, crecimiento económico, ambiente, océanos, regionalismo, desarrollo, paz y seguridad, entre otros temas de agenda regional.
Los Países Insulares del Pacífico (PIP) comparten en el cambio climático una amenaza existencial, siendo altamente vulnerables ante fenómenos como el aumento del nivel del mar y la proliferación de desastres naturales, si bien son los actores que menos emiten gases de efecto invernadero a nivel mundial, lo cual da cuenta de una absorción desproporcionada e injusta de los costos. En congruencia con ello, los PIP elevan constantemente sus preocupaciones a las instancias multilaterales con miras a colocar al cambio climático en un lugar más prioritario en la agenda global y aunar esfuerzos para combatirlo.
Ambiente y cambio climático
El presidente del Foro y primer ministro de las Islas Cook, Mark Brown, definió al cambio climático como la “principal preocupación”, que “supera todos los demás desafíos” para los PIP; señaló que “han sucedido muchas cosas en los últimos tres años” y remarcó el desafío que representa el acceso a financiamiento climático, solicitando mayor apoyo de los “socios globales”.
Durante el Foro, se presentó un Plan de Acción Conjunto en las áreas del cambio climático, la resiliencia ante desastres, los recursos y el desarrollo económico, y se inauguró la Iniciativa de Resiliencia Climática del Pacífico, la cual procura fortalecer la reducción del riesgo de desastres y la capacidad de respuesta, promover la descarbonización y movilizar recursos desde Japón hacia los demás PIP. También se abordó el establecimiento de un Centro de Excelencia del Pacífico para la ciencia de los océanos profundos y de un Marco Regional del Pacífico sobre Movilidad Climática.
En la Declaración Final, los líderes de los PIP reafirmaron su compromiso de trabajar en un modelo de desarrollo ambientalmente sostenible y resiliente, y remarcaron la imperiosidad de implementar medidas urgentes contra el cambio climático.
Desafíos e intereses nacionales
Una de las principales demandas hechas por los PIP refiere a la necesidad de “acciones, más que palabras”, tal como enunció el primer ministro de las Islas Cook. La situación de vulnerabilidad e incapacidad de hacer frente por sí solas a los efectos del cambio climático obliga a las naciones insulares más pequeñas del Pacífico a acudir a la ayuda externa. En este sentido, Japón efectuó un aporte de 10 millones de dólares al Fondo para Responder a las Pérdidas y Daños y asumió la responsabilidad, durante el Foro, de movilizar tecnología, conocimientos y recursos financieros en el marco del Plan de Acción Conjunto. Incluso, una semana antes, anunció que proporcionaría un barco de investigación para realizar estudios sobre recursos pesqueros y ambiente marino.
Sin embargo, Japón se halla en una posición controvertida debido a las constantes denuncias sobre la liberación de aguas residuales provenientes de la planta nuclear de Fukushima. El día 19, el Colectivo del Pacífico sobre Asuntos Nucleares publicó un comunicado en el que reiteraba su firme condena al vertido de las aguas, “deplorando las acciones de Japón como una contradicción flagrante”.
Se debe tener en cuenta, asimismo, que los intentos japoneses de liderar ante los demás PIP son acordes a los intereses geoestratégicos y al objetivo de contrarrestar la creciente presencia china en la región, a lo que se le suma el carácter asistencialista que adoptan los vínculos de ayuda al desarrollo entre Japón y el resto de los PIP, colocando al primero en una posición de mayor poder relativo. Todo lo mencionado contribuye a poner en entredicho la existencia de un genuino compromiso hacia las naciones insulares del Pacífico y hacia el cambio climático, y a reflexionar sobre si en última instancia aquello que moviliza el accionar japonés es, posiblemente, los intereses nacionales y las dinámicas de poder.