En un contexto en el cual el cambio climático toma mayor importancia, es necesario realizar una labor conjunta con distintas instituciones a nivel nacional e internacional.
Desde la FNGA consideramos importante reconocer y hacer conocer a organizaciones de la sociedad civil que se dedican de igual manera a brindar diversas soluciones a las problemáticas ambientales tanto en Argentina como a nivel mundial, y que además realizan una labor constante a través de investigaciones e informes cuyo contenido es fundamental para un mundo que necesita de actores capaces de llevar las palabras a la acción concreta. Es por este motivo que se contactó a la Fundación Torcuato Di Tella, para disponer de un diálogo bilateral y recíproco que fomente la colaboración entre dos instituciones que tienen como propuesta principal la lucha contra el cambio climático.
La Fundación Torcuato Di Tella es una institución creada a mediados del siglo XX como parte de un impulso transformacional que por entonces introdujo reformas dirigidas a conducir la estructura económica social de la Argentina por el sendero del desarrollo.
Desde sus inicios, la institución persiste en la convicción del valor esencial de los procesos de integración regional, participación social y mejoras en el diseño e implementación de políticas públicas modernas y racionales, espacios en los que ha desarrollado una actividad de construcción y diseminación de conocimiento sobre distintas líneas de investigación, incluyendo, por ejemplo, la elaboración de la Primera Agenda Ambiental Nacional, construida con la participación de todas las regiones del territorio nacional y con perspectiva de sostenibilidad.
En este marco, a principio de los años 2000 creó el Centro de Estudios en Cambio Climático Global, con el objeto de aportar al análisis de los desafíos que proponía el cambio climático a los países del Sur global, desde una perspectiva argentina y latinoamericana, teniendo en cuenta que estos países se encuentran sometidos a severas limitaciones de financiamiento, a deficiencias en las infraestructuras y a la exigencia de renovar casi enteramente su stock de capital instalado para concretar las transiciones socio-técnicas imprescindibles debido al cambio climático.
Como parte de la labor desarrollada especialmente durante las dos últimas décadas, la FTDT preparó inventarios nacionales de emisiones de gases de efecto invernadero en sectores económicos claves, llevó a cabo estudios de adaptación para las comunicaciones nacionales de la Argentina a la Convención Marco de las Nacionales Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) y realizó numerosos trabajos sobre mitigación y adaptación al cambio climático para diversos países e instituciones de América Latina y el Caribe.
Asimismo, la FTDT tiene una larga trayectoria en el análisis, el fortalecimiento de capacidades, la realización de estudios, la asistencia técnica, el desarrollo de instrumentos y plataformas internacionales en materia de financiamiento climático, y la reforma del sistema financiero internacional.
También desarrolló en la Argentina iniciativas destinadas a la protección del capital natural, la preservación de los humedales, el desarrollo de abordajes basados en la naturaleza, la cuestión del desarrollo urbano integrado y la economía circular, considerando la sostenibilidad como el criterio liminar que determine la viabilidad de los proyectos. En los últimos años, nuevas iniciativas incluyen el examen de las oportunidades para el desarrollo del hidrógeno verde en la Argentina como un poderoso pulso transformador industrial, el examen de la absorción directa de carbono de la atmósfera, o la elaboración de una hoja de ruta para reducir las emisiones de metano en el país.
La Fundación también participa como observadora de la CMNUCC, y sus investigadores han asistido a numerosas Conferencias de las Partes de la Convención (COP), reuniones de sus órganos subsidiarios y otras reuniones internacionales sobre la negociación, habiendo organizado eventos paralelos en diversas COP.
Es por todo esto que la Fundación Nueva Generación Argentina considera que la lucha contra el cambio climático se realiza de manera conjunta, creando vínculos y realizando un trabajo orgánico que fomente la colaboración entre distintos actores que se dedican a repensar las viejas estructuras y proponer alternativas para un futuro sostenible.