La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la calidad del aire como una de las mayores amenazas medioambientales para la salud humana, junto al cambio climático.
Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de la calidad del aire? Según el Director del Grupo de Estudios Sobre Energía (GESE) de Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Rosario, Ing. Quimico César Mackler, una vez emitida una sustancia desde su fuente, como un caño de escape, la misma sufre un proceso de transporte en la atmósfera en función de variables climatológicas, principalmente por los vientos y la estabilidad atmosférica, y puede transformarse producto de reacciones químicas con los diversos componentes del aire, disminuyendo en mayor o menor grado su concentración. De esta manera, el concepto de "calidad de aire" implica la concentración que alcanzan las sustancias a nivel respirable, luego de estas modificaciones.
El consumo de combustibles fósiles para el transporte automotor es una de las principales causas de contaminación atmosférica en las grandes ciudades, como ocurre en la ciudad de Rosario, donde el tránsito vehicular es elevado. Diariamente, grandes volúmenes de sustancias son liberadas, a través de los caños de escape al aire que respiran millones de personas, entre ellas monóxido de carbono (CO), dióxido de azufre (S02), óxidos de nitrógeno (NO y N02) y material particulado (PM).
Algunas de estas sustancias pueden provocar la inflamación del sistema respiratorio, causando tos y agravamiento del asma y bronquitis, así como también irritación ocular y el aumento de la propensión a contraer infecciones respiratorias.
En este sentido, Mackler resalta que todas estas sustancias son componentes naturales de la atmósfera, pero en grandes concentraciones y durante un cierto período de exposición, son consideradas contaminantes, producto de sus efectos negativos sobre seres vivos o bienes materiales.
El grupo GESE de la UTN, a través de un convenio con la Municipalidad de Rosario, desarrolló metodologías para medir la calidad del aire en la ciudad. Los equipos fueron preparados para medir gases de combustión a través de técnicas activas. Éstas fuerzan el pasaje del aire, mediante una bomba de aspiración, a través de un medio que retiene a la sustancia potencialmente contaminante, y luego de un tiempo se analiza la cantidad de sustancia retenida.
En este sentido, César Mackler nos detalló que
“algunas cuestiones que pudieron visualizarse en estas mediciones fueron que en las zonas céntricas (Rosario), donde las concentraciones de NOx y CO eran mayores, se superaban los niveles recomendados internacionalmente. Por supuesto, esto tenía que ver con el tránsito automotor”.
Debido a la necesidad de contar con mayor cantidad de sitios de medición, se implementaron técnicas de muestreo pasivo, por su menor costo de implementación, permitiendo obtener información que abarcara toda la ciudad de Rosario.
“Actualmente mediante un convenio con la Municipalidad estamos midiendo NO2 (dióxido de nitrógeno) en 38 lugares de la Ciudad de Rosario”, según comentaba Mackler.
Estaciones de monitoreo del aire en la ciudad de Rosario.
Frente a este panorama, la adopción de políticas que apoyen y promuevan el uso de movilidad menos contaminante, así como también el cuidado de los humedales resultan fundamentales en la mira hacia ciudades sustentables y responsables con el medio ambiente.