Río Grande do Sul sufre la peor inundación en los últimos 80 años y el Estado propone establecer cuatro urbanizaciones temporales.
Las inundaciones producto de las intensas lluvias en Río Grande do Sul desde finales de abril, sumado a la crecida del río Guaíba, azotan al sur de Brasil y generan la crisis climática más importante de los últimos tiempos.
Se estima que este estado, fronterizo con Argentina y Uruguay, tiene una población de más de 11,3 millones de personas, de las cuales aproximadamente 615.000 han tenido que abandonar sus viviendas, pero esos no son los únicos números alarmantes que revelan una crisis humanitaria y económica de grandes proporciones: más de 161 personas perdieron la vida, más de 800 resultaron heridas y hay más de 100 desaparecidos hasta el momento. El impacto sobre la infraestructura también ha sido devastador: el 90% de los municipios se encuentran afectados.
Lula da Silva, presidente de Brasil, anunció una ayuda de aproximadamente 9.800 millones de dólares para la reconstrucción del estado sureño, además de un paquete de ayuda destinado a unas 200.000 familias para acceder a un fondo de garantías laborales y a créditos públicos para la reconstrucción de viviendas o la adquisición de nuevas. Por otra parte, el titular del Senado, Rodrigo Pacheco, planteó la idea de establecer un "presupuesto de emergencia" similar al implementado durante la crisis provocada por la pandemia, dirigido a empresas, trabajadores y municipios.
Eduardo Leite, gobernador del estado sureño desde 2019, también anunció la creación de una Secretaría de Reconstrucción, cuyo objetivo principal será planificar, gestionar recursos y supervisar los proyectos de infraestructura necesarios para restaurar las áreas afectadas, garantizando que la asistencia llegue de manera eficiente a las comunidades damnificadas. Este plan también incluye la creación de cuatro "ciudades temporales" en los complejos deportivos y culturales de Porto Alegre, Canoas, São Leopoldo y Guaíba. Estas instalaciones serán adaptadas para proporcionar refugio a las personas desplazadas durante un periodo prolongado, ofreciendo servicios básicos como cocinas, lavanderías y áreas recreativas para niños.
Influencia del cambio climático
En Brasil, uno de los efectos más visibles del cambio climático es el incremento en las precipitaciones extremas. Las lluvias torrenciales se vuelven más frecuentes y severas, contribuyendo a la saturación del suelo y al desbordamiento de ríos y represas. Estas condiciones propician inundaciones repentinas y devastadoras, afectando tanto a áreas rurales como urbanas.
Especialistas de nivel mundial han señalado que las regiones más afectadas suelen ser las áreas costeras y las grandes ciudades como São Paulo y Río de Janeiro, donde la infraestructura no está preparada para manejar volúmenes tan altos de agua. Además, la deforestación en la Amazonia y otras regiones contribuye a la degradación del suelo, reduciendo su capacidad de absorción de agua y exacerbando el riesgo de inundaciones.
Para mitigar estos efectos, Brasil necesita implementar políticas de adaptación y resiliencia climática, que incluyan mejorar la infraestructura de drenaje, reforestar áreas críticas y desarrollar sistemas de alerta temprana. La cooperación internacional y el cumplimiento de los acuerdos climáticos globales también son esenciales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global. Esta catástrofe demuestra que es cada día más necesario y urgente trabajar sobre el cambio climático.