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Gastón Caminata, el “despertólogo ambiental” que revoluciona las redes sociales

Ignacio Polenta: Área de Ambiente y Cambio Climático FNGA





De surfer y gastronómico a activista ambiental. Su dedicación y entrega convirtió a Pinamar en una de las playas más limpias del mundo.


Oriundo de Pinamar, Gastón Caminata es un emprendedor y surfer que divide su rutina entre el cuidado del ambiente y la atención de su local gastronómico. Siendo uno de los activistas ambientales más reconocidos de nuestro país (acumula alrededor de doscientos mil seguidores entre sus redes sociales), canaliza su militancia a través de la ONG Yo Amo Mi Playa (@yoamomiplayaok en Instagram).


Desde la Fundación Nueva Generación Argentina consideramos de suma importancia mantener un diálogo con aquellos actores que permanecen fieles al objetivo de conservar la salud de nuestro planeta. Es por ello que conversamos con Gastón acerca de su ONG, su participación en distintas ordenanzas y los desafíos que debe afrontar el ciudadano en el marco de la crisis ambiental.


“Este movimiento se originó durante mis tiempos como Presidente de la Cámara de Comercio de Pinamar, y perdura hasta el día de hoy”, comenta Gastón. En su afán por que todos los habitantes y turistas puedan disfrutar de una Pinamar limpia y ordenada, adoptó como desafío personal la limpieza de esta ciudad. “Comprendí también que esa limpieza debía extenderse hasta sus playas. Sin embargo, mis conocimientos sobre ecología y cuidado ambiental eran prácticamente nulos, por lo que, por recomendación de un amigo, comencé a asistir a congresos y a estudiar diferentes publicaciones científicas. Escuchar a los expertos me transformó no solo en un conocedor del tema, sino en un activista, buscando cambiar hábitos en pos del bienestar de nuestro único planeta.”


Cuando comenzó esta iniciativa, Gastón vio muchísima basura tirada en las playas. Por esta razón, decidió ir al Concejo en señal de protesta y con la intención de hacer realidad diferentes ordenanzas. Es así que, a fines de noviembre del 2019, el Concejo Deliberante de la localidad de Pinamar aprobó una ordenanza presentada por su ONG, que tiene como finalidad preservar las zonas costeras, prohibiendo fumar en gran parte de sus playas y contemplando la instalación de ceniceros o bidones para los fumadores, que desde entonces sólo pueden consumir tabaco en un corto radio alrededor de cada uno de estos recipientes.


“Una vez llenos, nosotros mismos recolectamos estos bidones y los traemos a mi casa. Hoy en día, tengo guardadas más de cuatrocientas mil colillas en mi garage, a la espera de encontrar una solución que, con ayuda de la tecnología, permita darles un tratamiento adecuado y reducir su impacto ambiental.”


Se tiran más de cuatro trillones de colillas de cigarrillos al suelo todos los años. Su impacto no sólo radica en la contaminación de los océanos (en palabras de Gastón, cada colilla puede contaminar hasta mil litros de agua) sino que, antes de esto, se requiere la deforestación de bosques y el consumo de petróleo para la producción del papel y sus cajas plásticas, además de la emisión de compuestos gaseosos que se generan durante su transporte.


En 2012, Gastón fue uno de los impulsores de la ordenanza municipal que obligaba a los comercios del partido de Pinamar a dejar de entregar bolsas de plástico. En 2018, tras un gran esfuerzo, también vio hecho realidad su deseo de que Pinamar sea la primera ciudad del país libre de sorbetes y de vasos plásticos de un solo uso. Más tarde, ambas fueron replicadas en todo el país.


Gastón y su equipo limpiaron durante los últimos 15 años playas, ríos, lagos, lagunas y montañas. Entre sus acciones más recientes, se destaca la limpieza del riachuelo. “Nos llamó la atención no poder ver el agua debido a la cantidad de basura que encontramos. Esa misma es la que, posteriormente, termina en el fondo del río o en el océano.” 


Se estima que los ocho mil millones de seres humanos tiramos un camión de residuos plásticos al océano por minuto. De hecho, el plástico es la fracción más grande, más dañina y más persistente de los desechos marinos y representa al menos el 85% del total de esos desperdicios.


Se advierte además que, para 2040, los volúmenes de este material que fluirán hacia el mar casi se triplicarán, con una cantidad anual de entre veinte y treinta millones de toneladas, según la ONU.


En consecuencia, todas las especies marinas, desde el plancton y los moluscos, hasta las aves, las tortugas y los mamíferos, se enfrentan a riesgos de intoxicación, trastornos del comportamiento, inanición y asfixia. Los corales, los manglares y los pastos marinos además están sofocados por estos desechos que les impiden recibir oxígeno y luz. El cuerpo humano también es vulnerable a esta contaminación, lo cual podría causar cambios hormonales, trastornos del desarrollo, anomalías reproductivas y cáncer. El plástico es ingerido a través de los productos del mar, bebidas e incluso la sal común, pero también penetran en la piel y pueden ser inhalados cuando están suspendidos en el aire.


Como si estos impactos negativos no fueran suficientes, se suma el hecho de que los plásticos demoran entre décadas y cientos de años en degradarse. Este tiempo depende principalmente del tipo de material y de las condiciones ambientales a las que se expone. En el caso de los océanos, la radiación UV de la luz solar es el principal agente que degrada el plástico. La acción del oleaje acelera este proceso y como resultado los fragmentos más grandes se van rompiendo en trozos más pequeños, generando microplásticos.


Ante la pregunta de cómo podemos sumarnos a este movimiento, el fundador de Yo Amo Mi Playa responde: “Creo que todos podemos ser parte con el simple hecho de ejecutar acciones positivas y pensar en el bien común como, por ejemplo, reducir el consumo de plásticos, de carne y de indumentaria, y evitar proyectar ciudades o poblaciones en espacios naturales.”


“Muchos de nuestros actos suelen ser en contra de la salud del planeta. Tenemos el deber de aprender a detectarlos y cambiarlos. Custodiar la Creación es un compromiso de todos.”


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